lunes, 26 de marzo de 2018

En un vuelo charter, los familiares de 90 soldados identificados recientemente en Darwin llegaron a Malvinas para una emotiva ceremonia


Hoy, 26 de marzo de 2018, luego de la reciente identificación de 90 tumbas de las 237 que hay en el cementerio argentino de Darwin, se produjo el reencuentro de los familiares con la nueva placa de granito de cada sepultura, por primera vez pudieron rezar, llorar y recordar frente a una losa que, en el caso de 90 soldados, ya no ostentan la frase “soldado argentino sólo conocido por Dios” sino su nombre y apellido; héroes reconocidos desde siempre que yacen en custodia en Darwin, centinelas eternos de la soberanía por la cual lucharon y murieron, honrando a la Patria, a la Constitución, a las leyes del Congreso y lo más importante, a la bandera de Belgrano que juraron defenderla hasta perder la vida.
Es muy emotivo ver a los familiares frente a sus seres queridos, que dieron todo allá lejos y hace tiempo, a días de cumplirse un nuevo aniversario de la recuperación momentánea de nuestras islas Malvinas.


Muchos, yo mi incluyo, teníamos prejuicios y temores sobre esta “cruzada” para identificar a los soldados que yacían en Darwin; el temor a una exhumación y posterior traslado al continente era uno, el otro era las probabilidades de poder identificar fehacientemente a los soldados muertos en un campo de batalla luego de tantos años. Sin mencionar el uso político abyecto que algunos trataron de hacer con la noble idea.
Por suerte nos equivocamos, me equivoqué, los gobiernos argentino y británico acordaron a través del CICR respetar el cementerio y hasta hoy ya han sido identificados 90 soldados de las 123 [actualmente se habla de 121] tumbas de “soldados sólo conocidos por Dios”.
Para los héroes que hoy tienen una nueva losa identificatoria el respeto de siempre, para los familiares volverles a decir que estamos orgullosos de ustedes, el dolor de la pérdida de un familiar es inconmensurable, pero haber muerto con honor defendiendo la soberanía tal vez mitigue un poco la ausencia del ser querido.
A todos ellos, ¡gracias!


Me falta mencionar el gran trabajo realizado por el VGM Julio Aro, la periodista Gabriela Cociffi, el coronel británico Geoffrey Cardozo y el artista Roger Waters, para ellos también el agradecimiento por la dedicación que pusieron para llegar a este gran día.

Fotos: Diario Clarín

viernes, 23 de marzo de 2018

La fórmula "soberanía argentina, autonomía isleña" sobresale de una propuesta para solucionar el contencioso por Malvinas entre la Argentina y el Reino Unido


“Soberanía argentina, autonomía isleña”

El martes 20 de marzo de 2018 se desarrolló en el Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI) una sesión académica a cargo del especialista en derecho internacional Marcelo Kohen, el cual presentó un proyecto tendiente a encontrar una solución al contencioso que enfrenta a nuestro país con el Reino Unido desde hace siglos.
Dicha presentación contempla una hoja de ruta con un planteo novedoso, la combinación de soberanía argentina y autonomía isleña.
Los puntos más sobresalientes de la propuesta mencionados en la disertación fueron los siguientes:

1. Implementar una comisión de conciliación para que ambas partes, la Argentina y el Reino Unido, presenten su caso.
2. Designar a las islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur como una nueva provincia, que no sea parte de Tierra del Fuego, como lo es actualmente.
3. Brindar a la futura nueva provincia un status especial con un régimen similar al estipulado sobre las regiones autónomas chinas de Hong Kong y Macao.
4. Mantener el inglés como idioma oficial.
5. Consensuar el renombramiento de las islas.
6. Dejar de lado la denominación Puerto Argentino, y volver a usar el nombre Puerto Stanley para la capital.
7. Crear un régimen migratorio especial en el que la autoridad de la nueva provincia tenga la potestad de decidir quién puede residir en la nueva provincia y quién no.
8. Que la provincia sea titular de los recursos naturales de los espacios marítimos.
9. Establecer un régimen de coparticipación entre el Estado federal y la nueva provincia sobre la ZEE.
10. Otorgar automáticamente la doble nacionalidad a los isleños.
11. Proceder a la apertura de un consulado británico en las islas.
12. La desmilitarización de las islas con el retiro de las tropas británicas y la constitución de una fuerza policial provincial.
13. Establecer dos países que oficien de garantes del acuerdo alcanzado.
14. Establecer un referéndum a los 30 años de aplicado el acuerdo para decidir si se mantiene el status quo alcanzado o las islas obtienen la soberanía plena. [Este punto es el único que me parece controversial]
15. Establecer a la Corte Internacional de Justicia como el ámbito de resolución de controversias que surjan de la implementación del acuerdo.

Fuente: CARI. Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales 20 de marzo de 2018 [Resumen] y [entre corchetes es mío]

viernes, 2 de marzo de 2018

En 1981, y sin estar contemplada como objetivo la recuperación de las islas Malvinas, nace la Fuerza Aérea Sur


Nacimiento de la Fuerza Aérea Sur

A fines del año 1981, el Comando Aéreo Estratégico (CAE) había finalizado la actualización del planeamiento de la FAA para el marco regional. El mencionado planeamiento no contemplaba el caso Malvinas, pues la FAA desconocía (diciembre 1981) totalmente la existencia de una alternativa militar para este conflicto.
Con el propósito de motorizar el planeamiento contribuyente, el CAE elaboró entonces una Directiva que establecía la constitución de los comandos de FAA y Bases Aéreas Militares creados para la defensa aérea del país.
En lo que se refiere a la Fuerza Aérea Sur (FAS) designó comandante de dicha fuerza al Brigadier Horacio Ernesto Crespo, jefe del Estado Mayor de la FAS al Brigadier Luis Guillermo Castellano y jefe del Departamento Operaciones A-3 al Comodoro José Antonio Juliá.
El Brigadier Crespo después de analizar la aptitud del personal asignado para los distintos cargos del EM y de las Bases Aéreas Militares de la FAS, elevó un expediente al CAE en febrero de 1982 con la propuesta de reemplazos tanto en el Estado Mayor de la FAS como en las jefaturas y planas mayores de algunas de sus bases aéreas. El expediente fue aprobado verbalmente por el CAE. A fines de marzo de 1982 aún no había sido oficializado.
El 26 de marzo 1982 el Jefe del Estado Mayor General de la FAA informó a sus mandos superiores de las intenciones del gobierno nacional de recuperar las islas Malvinas.
El 31 de marzo de 1982 se informó al Comandante de la FAS lo que había decidido el Comité Militar y se le ordenó trasladarse a Comodoro Rivadavia para desde allí organizar y conducir la FAS.
El 2 de abril de 1982 el Estado mayor de la FAS en Comodoro Rivadavia estaba constituido por cinco oficiales: el Comandante, el Oficial de Operaciones del Estado Mayor, el Oficial de la Sección Operativa de Transporte Aéreo, el A-4 y un auxiliar. Carecían de planes, facilidades de comunicaciones y conocimiento profundo de la situación. Ante este hecho comenzaron a hacerse los primeros requerimientos de medios empezando por el personal, que fue solicitado en base al conocimiento que los oficiales superiores presentes tenían del resto de la fuerza.
Simultáneamente con la creación de la FAS, se implementó el Comando aéreo de Transporte (CAT) y el Comando Aéreo de Defensa (CAD). Además, el Brigadier Castellano, designado jefe de Estado Mayor de la FAS, debió ser reemplazado, porque el Comando Aéreo Estratégico lo designó jefe del Componente Aéreo Malvinas. Por esta causa el Brigadier Crespo decidió que su Jefe del Departamento Operaciones asumiera también las funciones de Jefe de Estado Mayor de la FAS.
Por los conceptos expuestos, se fue conformando el Estado Mayor de la FAS complementado con los oficiales superiores y jefes del Comando Aéreo de Defensa que arribaron para organizar el CODASUR y que se integraron a la FAS para constituir un solo comando, porque así lo exigía la situación y el sentido común.
El Brigadier Camblor, jefe del Comando de Defensa Aérea Sur, analizada la situación de personal, rápidamente autorizó la integración, asumiendo él mismo las funciones de 2do Comandante de la FAS y jefe del CODASUR.
La FAS debía organizar en un plazo perentorio su fuerza para combatir con un enemigo notablemente superior en tecnología y medios, y en un teatro de operaciones que resultaba extraño a las unidades de la FAA, cuyos medios no se hallaban dotados y adiestrados para la lucha en el mar, la cual doctrinariamente era una responsabilidad primaria de la Armada, como resulta lógico. Solicitó, y le fue concedida, primacía total en la selección de los medios -personal y material- para conformar la FAS.
La FAS en menos de treinta días debía reconocer las capacidades del enemigo; adiestrar a los pilotos en las técnicas particulares de ataque a buques; realizar pruebas operativas; adaptar los sistemas de armas a la tarea que se avecinaba; reconocer las limitaciones propias -que no eran pocas- y buscarles solución; estudiar las posibilidades operativas de sus aviones de ataque, que apenas podían llegar a las islas por la distancia que las separaba del continente; familiarizar a los pilotos con los problemas de la operación sobre el mar y reconocer el archipiélago en vuelos de práctica.
En el Estado Mayor de la FAS, ya se había descartado la posibilidad de disputar la superioridad aérea a baja altura, sobre las islas, enfrentando a los aviones Harrier con los Mirage. El problema era simple: si los Mirage descendían, consumirían mayor cantidad de combustible y ya no podrían regresar. Los pilotos dispondrían de unos diez minutos de permanencia sobre las islas, si mantenían su altitud. En consecuencia, habría combate sólo si los Harrier ascendían, siempre que el enfrentamiento se iniciara a los pocos minutos del arribo de los Mirage, sobre las islas. Por lo tanto, la defensa de las unidades propias en Malvinas, estaría limitada a lo que podría oponer la artillería antiaérea, sin conocer todavía su eficacia, porque no se contaba con verdadera experiencia.
Asimismo, las escuadrillas propias que arribaran a la zona de Malvinas, en misiones de ataque a los objetivos navales o terrestres, no contarían con protección aérea real. La principal ayuda disponible, sería la advertencia de los controladores de radar, sobre la aproximación de interceptores Harrier. Se enviarían aviones de cobertura, pero éstos poco podrían hacer, en verdad, por su escaso radio de acción; salvo la diversión, que podrían ejercer al ser dirigidos hacia los Harrier, manteniendo su altitud. Un recurso que dio resultado en muchas ocasiones.

La Fuerza Aérea Sur en el continente

En las bases de despliegue, no se descartaba una posible incursión aérea o la más probable de comandos, contra instalaciones y material de vuelo. Por lo tanto, se reforzaron las medidas preventivas, y parte de los aviones se dispersaban durante las horas nocturnas.
Desplegó sus unidades a las bases costeras de la Patagonia, de la siguiente forma:
El escuadrón de bombarderos Canberra a Trelew.
Los escuadrones de transporte Hercules C-130, caza interceptora, búsqueda y salvamento, y de diversión, en Comodoro Rivadavia.
Dos escuadrones de ataque con aviones A-4C Skyhawk y M-5 Dagger en San Julián.
Un escuadrón de ataque de aviones IA-58 Pucará en Santa Cruz, en tareas costeras y de reemplazo a la unidad similar desplegada en las Islas Malvinas.
Dos escuadrones de aviones A-4B Skyhawk en Río Gallegos.
Un escuadrón de aviones M-5 Dagger en Río Grande.
La FAS desplegó así unos setenta y tres aviones de ataque basados en las mencionadas bases y aeródromos patagónicos.
Ocho aviones Pucará fueron desplegados a la BAM Cóndor, el 29 de abril, en previsión de un probable ataque masivo a la BAM Malvinas; se mantenían a la orden del CIC, para tareas de reconocimiento ofensivo y ataque a objetivos terrestres, especialmente, para repeler cualquier intento de desembarco por parte de las fuerzas de asalto de la Task Force.
El resto de los aviones de la FAA permanecieron en sus asientos de paz, listos para producir los reemplazos que fuesen necesarios.
El comandante de la FAS debió enfrentar una relación con otros comandos colaterales que se iría tornando tanto más difícil cuanto que los límites de su teatro de operaciones se superponía con el Teatro de Operaciones del Atlántico Sur y comprendía además a la Guarnición Militar "Malvinas", con cuyos comandos no tenía relación de dependencia pues de acuerdo con la orgánica establecida por el Comité Militar al crear los comandos operacionales, el Comando Aéreo Estratégico -y la FAS que le dependía- era un comando específico, es decir, integrado por medios pertenecientes exclusivamente a una sola fuerza.
Al Brigadier Crespo se le impuso una misión y los medios para cumplirla. Alertó a sus superiores acerca de los problemas y les informó que -si había guerra- sus hombres lucharían hasta las últimas consecuencias, sean cuales fueren los peligros a enfrentar y las bajas que se sufrieran. El 30 de abril al ocaso, sus hombres, que provenían prácticamente de la totalidad de las unidades de la Fuerza Aérea, se hallaban en una tensa vigilia, listos para enfrentar su hora de prueba.

Fuente: Fuerza Aérea Argentina