Cada vez que se acerca un nuevo 2 de abril, los días previos
son emocionalmente turbulentos, los recuerdos intactos de la recuperación de
nuestras islas afloran y me traen al presente el valor de aquellos que, desde
el primer día, entregaron su alma, su convicción, su amor a la patria, e
incluso su sangre, por esta noble causa.
Aunque la memoria se construye todos los días, y creo que no
pasa un día en el que el tema Malvinas y sus hombres ronde por mi cabeza y por
mis palabras, el significado que ha adquirido el 2 de abril es palpable en
muchos malvineros, haciendo especial énfasis en nuestro queridos VGM y
principalmente en aquellos que se quedaron custodiando nuestra turba y nuestras
gélidas aguas australes, para sus familiares siempre el reconocimiento y el más
absoluto orgullo.
Que Dios proteja a los que regresaron, que temple el
espíritu de los familiares de los caídos y mi oración por aquellos que murieron
después del conflicto por la desidia de un Estado ausente y mezquino.
¡Gloria a los Veteranos de Malvinas!
¡Las Malvinas fueron, son y serán argentinas!
¡Viva la Patria!