Luego de la recuperación
de Malvinas el 2 de abril de 1982 comienza el despliegue de unidades en las
islas, el 5 de abril arribaba a Gran Malvina, al asentamiento de Bahía Fox, la
Compañía de Ingenieros 9 del Ejército Argentino en el buque de transporte ARA
Isla de los Estados. Días más tarde arribarían del mismo modo elementos del
Regimiento de Infantería 8. Más al norte se encontraba el Regimiento de
Infantería 5 establecido en Puerto Mitre, renombrado Puerto Yapeyú. Todos estos
elementos pertenecían a la Agrupación Ejército Gran Malvina, al mando del
General Parada.Ya desde el 9 de abril la
unidad al mando del mayor Oscar Minorini Lima se aboca al control y registro de
la población, requisado de armas y equipos de comunicación, y establecimiento
de posiciones. Se permite a los pobladores de Bahía Fox Este trasladarse a una
estancia del interior de Gran Malvina.
Con el dispositivo
conformado empieza a aparecer casi todas las mañanas un avión de exploración
británico con el fin de fotografiar las posiciones argentinas. Para confundir
al enemigo, al jefe de la Ca Ing 9 se le ocurre utilizar caños de cloacas de
PVC negros que se hallaban estibados en un galpón para simular cañones o piezas
de artillería, elementos que no contaba la unidad. De este modo se comenzaron a
armar posiciones de defensa con piezas de artillería simuladas, que al poco
tiempo empiezan a recibir bombardeos británicos, sin provocar bajas porque la
tropa se encontraba alejada de estos “artilugios” de ocasión.
Cada mañana, luego de los
bombardeos nocturnos, automáticamente se volvían a emplazar nuevas “piezas de
artillería” de PVC, y para darle más realismo al escenario logrado se acercaban
tambores con combustible y redes de enmascaramiento, una puesta en escena digna
de una película de Hollywood.
A pesar de los bombardeos, tanto aéreos como navales, que fueron intensos mientras avanzaba el
conflicto, la unidad no tuvo bajas que lamentar, apenas dos heridos, uno de
ellos con el famoso pie de trinchera, patología típica del terreno insular que
afectó a ambos bandos.
Así se llega al 14 de junio,
cuando a última hora el mayor Minorini Lima recibe un llamado desde Puerto
Argentino, donde le informan del cese de las hostilidades y de que una fragata
británica se dirigiría a Bahía Fox para coordinar el regreso de la unidad al
continente.Un militar británico
embarcado, que participó de las operaciones en Gran Malvina, no entiende como
no hay heridos para pedir la colaboración de sanidad al buque que haría el
traslado a pesar de haber sido bombardeados diariamente, incluso tenían
certificado por intérpretes de imágenes la destrucción de “piezas de artillería”.
La respuesta no tarda en llegar de parte del mayor Minoriri Lima, no eran cañones,
eran caños de agua.
El asombro que provocó
este engaño aplacó momentáneamente la tristeza del fin de las hostilidades.