viernes, 2 de diciembre de 2022

El tratamiento del PTSD o TEPT, una deuda dolorosa de la posguerra de Malvinas que se fue saldando con los años


Uno de los denominadores comunes e inevitable de las guerras es la posguerra, y las secuelas que deja en todos los hombres que han combatido a lo largo y ancho del mundo y a través de los siglos. Y la Argentina no ha sido la excepción. A la fecha tenemos que lamentar muchos suicidios de veteranos de Malvinas, quizás algunos de ellos se podrían haber evitado si el tratamiento del PTSD o
TEPT, Post-traumatic stress disorder o Trastorno de estrés postraumático, se hubiera comenzado a tratar apenas terminado el conflicto en junio de 1982.
Era un tema muy complejo y casi desconocido en aquel otoño de 1982, lo que hacía elemental consultar la experiencia en el tratamiento con aquellos especialistas abocados al problema, que en una batalla desigual con las mentes y sus demonios, trataban desde décadas atrás a sus veteranos, como Estados Unidos y Francia.
Desde apenas finalizado el conflicto se hizo muy poco con la nula experiencia y el desinterés del Estado en atender esta problemática. Cada fuerza, con los escasos recursos disponibles hizo lo que pudo.
Tuvieron que pasar muchos años para que el tratamiento del PTSD tuviera su impronta en la sanidad militar y empezó a obtener sus primeros logros cuando el enfoque se realizó de manera conjunta. Recién en 1996, catorce años después de finalizada la guerra, se implementaron programas específicos de salud mental enfocados en el TEPT.
Varios especialistas han dedicado su tiempo y experiencia a ayudar a veteranos de Malvinas con este padecimiento, y me parece justo mencionar la historia del teniente coronel médico VGM Martín Bourdieu.
Martín Bourdieu, cumpliendo con el Servicio Militar Obligatorio, fue convocado a Malvinas en abril de 1982, siendo soldado de la Compañía A Tacuarí del Regimiento de Infantería Mecanizado 3 Manuel Belgrano; su sección participó de los duros combates en los cerros que rodean Puerto Argentino y fue parte del contraataque realizado sobre monte Longdon en las postrimerías de la guerra.
Al finalizar la contienda del Atlántico Sur, inició sus estudios de medicina en la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires. Luego cursó la especialización universitaria en psiquiatría y realizó la residencia en la materia en el Hospital de Clínicas José de San Martín.
Estuvo destinado en el Servicio de Psiquiatría del Hospital Militar Central “Cirujano Mayor Doctor Cosme Argerich”. Más tarde se desempeñó como Jefe del Servicio de Psicopatología y Salud Mental en el Hospital Militar Campo de Mayo “Cirujano Primero Doctor Juan Madera”.
En octubre de 2004 participó en la MINUSTAH, la misión de Paz de la ONU en Haití, luego del paso del Huracán Jeanne. Estando desplegado participó de forma activa en el relevamiento sanitario del contingente militar afectado en esa misión humanitaria. Ente sus aportes se pueden mencionar la confección de protocolos propios para la evaluación y detección temprana de síntomas psíquicos, que permiten la intervención precoz y seguimiento a largo plazo de todo personal que pudiera quedar psíquicamente afectado durante el ejercicio de la profesión en el exterior o en el territorio nacional.
Entre 2006 y 2012 se desempeñó como Director Médico del Centro de Estrés Post Traumático “Malvinas Argentinas” del Ejército Argentino.
En 2017 se destacó por su participación en la coordinación del equipo de apoyo a familiares de los 44 tripulantes del submarino ARA San Juan, cuyo naufragio se produjo el 15 de noviembre de 2017.


Actualmente, el TC Med VGM Martín María Bourdieu, es el director médico del Centro de Salud Conjunto “VVMM” de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Es fundamental que esta experiencia quede plasmada y sea transmitida, dado el valor de los conocimientos que se han adquirido a nivel institucional a lo largo de los años.

(En la foto el TC Med VGM Martín Bourdieu recibe un premio de manos del TG (R) VGM Bari del Valle Sosa, en 2018 Jefe del Estado Mayor Conjunto de las FFAA)

miércoles, 2 de noviembre de 2022

Operación Pampero, una misión secreta para contrarrestar los bombardeos de larga distancia británicos sobre Malvinas que incluían un eventual ataque al continente


El 1 de mayo de 1982 comenzaba la serie de bombardeos de largo alcance realizados por los británicos desde la isla Ascensión con sus Avro Vulcan acompañados por los reabastecedores Víctor, operación conocida como Black Buck. De las siete misiones planificadas, dos fueron abortadas o canceladas en distintas etapas, dos fueron dirigidas contra los radares argentinos en las islas y las otras tres contra la pista de las Base Aérea Militar Malvinas de Puerto Argentino. En ninguno de los tres raids sobre la pista de Puerto Argentino consiguieron el objetivo, la pista permaneció operativa durante todo el conflicto.
Con este antecedente, los primeros días de mayo de 1982, El Comando de Defensa Aérea de la Fuerza Aérea Argentina con asiento en Merlo, provincia de Buenos Aires comienza a diagramar una operación para contrarrestar los ataques británicos desde la isla Ascensión, que eventualmente también podrían haberse dirigido contra objetivos en el continente. Finalmente, el 20 de mayo de 1982, el vicecomodoro Jorge Bernárdez presenta lo que se conocería bajo el nombre de Plan de Operaciones Nº 2 “Pampero”.
El plan se inició con apreciaciones de inteligencia que señalaban que el enemigo tenía la capacidad de efectuar ataques aéreos a larga distancia sobre bases aéreas propias en las islas Malvinas o en el continente. Si bien había una defensa aérea directa desplegada en lugares críticos, era conveniente encarar una interceptación lejana.
El objetivo de la operación Pampero era detectar, interceptar y destruir los bombarderos, los reabastecedores y/o los aviones de reconocimiento en su ruta hacia o desde el territorio continental, un objetivo dividido en dos fases una de despliegue y una de ejecución.


En la fase de despliegue, el plan consistía en emplazar en la Base Aérea Militar Mar del Plata dos aviones Mirage III con misiles Matra 530, dos aviones Mirage V Dagger con misiles Shaffrir, ambos sistemas de armas con tanques de combustibles suplementarios de 1.700 litros y un equipo técnico mínimo de apoyo en tierra. Además, se emplazaría un avión LearJet 35A para guiado de navegación y retransmisor.
Cuando el despliegue de esos medios se hiciera efectivo y estuvieran listos para operar desde la BAM Mar del Plata, comenzaría la fase ejecución.
Al no disponer de medios de detección radar para una interceptación clásica, la misma se realizaría con la adquisición visual del blanco, lo que implicaba una operación diurna y con buenas condiciones de visibilidad.
Según afirma el archivo secreto liberado por la FAA recientemente, se contaba con una fuente confidencial que podía proporcionar el derrotero de los bombarderos desde la isla Ascensión, para el caso del derrotero luego de realizados los ataques, la interceptación se haría con información de los radares de las bases aéreas argentinas.
El área continental se dividió bajo dos responsabilidades, una para las bases aéreas de Comodoro Rivadavia y Trelew, y otra para las bases aéreas San Julián, Río Gallegos y Río Grande.
Con la información de posibles raids, la orden de despegue emanaría del Comando de Defensa Aérea Baires, que indicaría el despegue de la escuadrilla interceptora desde la BAM Mar del Plata, manteniendo el estado de alistamiento de espera en 15 minutos en horario diurno.
Según la Base Aérea Militar atacada, había tres puntos de interceptación, elegidos en diagonal y de norte a sur partiendo desde la BAM Mar del Plata, el primero comprendía a las BAM de Trelew, Comodoro Rivadavia y San Julián, el segundo a las BAM de Santa Cruz y Río Gallegos y el tercero a la BAM Río Grande.


La orden final era taxativa, identificado el objetivo enemigo visualmente se procedería a su ataque y destrucción con misiles y/o cañones.
La inteligencia había informado que, si bien los bombarderos y reabastecedores no contaban con medios defensivos, si contaban con equipos de contramedidas electrónicas para interferir el radar de los Mirage y radar de alarma en la cola.
Todo el control de la operación Pampero recaería en el puesto de comando del CODAZ BAIRES que se encuentra en el CIC BAIRES del Grupo 1 de Vigilancia Aérea ubicado en Merlo, provincia de Buenos Aires.
Con la información que se contaba de los bombarderos Avro Vulcan se pudo realizar una tabla con las estimas de navegación, por ejemplo, en el punto A, el primero para la interceptación, la distancia en millas náuticas desde las BAM de Trelew, Comodoro Rivadavia y San Julián era de 540, 705 y 775 respectivamente, lo que insumía entre una hora y quince y una hora y cuarenta y cinco de vuelo. El punto A se encontraba sobre el océano Atlántico a la altura de Puerto Madryn, a 470 millas náuticas de la costa. El tiempo de navegación desde la BAM Mar del Plata hacia el punto A era de 42 minutos para cubrir una distancia de 278 millas náuticas, lo que le permitía a los Mirage una espera por alrededor de 35 minutos.
Finalmente, el plan fue eso, sólo un plan, no se llevaron a cabo ninguna de las dos fases, ni la de despliegue y obviamente tampoco la de ejecución.
Como contrapartida, también hubo planes británicos de ataques al continente a través de los bombarderos Avro Vulcan, pero tampoco pasaron de una fase de planificación, como es bien sabido. En el caso de la operación Black Buck, con el mismo tipo de avión, los resultados fueron muy pobres, de siete misiones preparadas dos fueron abortadas, dos fueron dirigidas a radares siendo efectiva una de ellas y las tres restantes dirigidas a inutilizar la pista de la BAM Malvinas fueron un fracaso, la pista de Puerto Argentino estuvo operativa durante todo el conflicto bélico.
Como detalles de color se puede agregar que el indicativo a utilizar por los Mirage II y V sería "Halcón", el LearJet sería "Libra"; los códigos para referirse a los aviones enemigos serían “Chinche” y un color para cada tipo de aeronave, los bombarderos Vulcan serían llamados "chinche azul" y los reabastecedores Victor serían llamados "chinche verde".
En el caso del derribo de alguno de los aviones enemigos el código sería “chinche al bombo”.
La meteorología no quedó exenta de los códigos, “dulce” para meteorología apropiada para la misión y “ácido” para meteorología inapropiada.


Fuente: Comisión Especial Malvinas. Consejo Supremo de las FFAA. 2022.

sábado, 8 de octubre de 2022

El helicóptero Aérospatiale SA330L Puma PA-13 de la PNA, veterano de la guerra de Malvinas, ya se encuentra en el Museo Nacional de Malvinas en Oliva, en la provincia de Córdoba


En una ceremonia realizada en el Servicio de Aviación de la PNA en el Aeropuerto de San Fernando el 5 de octubre de 2022, con la presencia de autoridades y veteranos de guerra, la Prefectura Naval Argentina concretó la donación de uno de los tres helicópteros Puma de la fuerza que participaron en el teatro de operaciones de Malvinas en el otoño de 1982. Se trata del helicóptero Aérospatiale SA330L Puma matrícula PA-13, el cual será exhibido próximamente en el Museo Nacional de Malvinas ubicado en la localidad de Oliva, en la provincia de Córdoba.
Desde el 11 de abril de 1982 el Puma PA-13 participó de varias misiones a lo largo del conflicto, particularmente misiones SAR, vigilancia marítima y costera, y traslado de equipamiento mediante operaciones de carga externa.


El 1 de junio de 1982, el Puma PA-13 de la PNA participó junto a dos Sea King de la ARA de la evacuación de personal naval que permanecía en la isla de Borbón al norte de Gran Malvina.
Los Sea King 2-H-233 y 2-H-234 de la Segunda Escuadrilla Aeronaval de Helicópteros de la Armada Argentina despegaron minutos después de las 1400 desde la Base Aeronaval Río Grande junto al Puma PA-13 de la Prefectura Naval, aparato requerido para la riesgosa y extensa operación con el fin de acompañar el inicio del derrotero de los dos Sea King de la EAH2 rumbo a Malvinas desde una posición preestablecida a 120 millas náuticas al este de Rio Grande.
A las 1730 los dos aparatos de la ARA aterrizaron en la isla de Borbón con buena meteorología, luego de algunas inclemencias en el trayecto de ida. Inmediatamente comenzaron a reabastecer de combustible a los helicópteros que decolaron a las 1835. A lo largo del vuelo de regreso al continente volaron por instrumentos que funcionaban de manera intermitente, sumado a varios problemas meteorológicos del área, como parabrisas obstruidos y formación de hielo, a los que se sumaron fallas en los filtros de combustible por el trasvasamiento manual desde tambores ubicados en las cabinas de los aparatos. Finalmente, la misión concluye con éxito, arribando los dos Sea King a la Base Aeronaval Río Grande a las 2155, habiendo rescatado 11 hombres.
Finalizado el conflicto, los tres aparatos desplegados por la PNA, totalizaron 458 horas de vuelo en el TOAS. 
El Puma PA-13 y su gemelo, el PA-11, fueron enviados a Francia en 1995 y recibieron una modernización que los transformó en Super Puma. Desde entonces el PA-13 se destacó en misiones SAR a lo largo del litoral atlántico hasta que fue radiado del servicio activo en 2012.
Su historia en Malvinas no se perderá, el Museo Nacional de Malvinas de Oliva será custodio de su pasado glorioso y de sus valientes tripulaciones para las futuras generaciones.

sábado, 10 de septiembre de 2022

Los esfuerzos diplomáticos y políticos que se necesitan para que el PPH concluya de manera exitosa y cumplir con los familiares de los caídos en Malvinas


Para entender esta larga historia hay que remontarse al año 2008, es en ese año que en un viaje al Reino Unido el veterano de guerra de Malvinas Julio Aro recibe del coronel británico Geoffrey Cardozo, durante su estancia en Londres, material muy importante sobre el cementerio militar argentino en Darwin, que fue creado a principios de 1983 en cercanías del istmo de Darwin y del asentamiento de Pradera del Ganso, al oeste de la isla Soledad.
De regreso al país, y luego de ver la importancia de los documentos que trajo consigo, Julio Aro decide conformar la Fundación No Me Olvides, y su primer objetivo es que las tumbas de sus camaradas sepultados en el cementerio de Darwin, cuyas losas rezan “Soldado argentino sólo conocido por Dios”, se transformen en losas con nombre y apellido.


Fueron años difíciles intentando que su proyecto progresara, incontables llamadas sin respuestas, indiferencia del gobierno de turno, sin claudicar luego de golpear muchas puertas en despachos del gobierno sin recibir apoyo, finalmente, a través de la periodista Gabriela Cociffi, cuatro años después el proyecto llega a oídos del músico Roger Waters, quien acepta ser portavoz ante el gobierno argentino en el año 2012.
Recién con este impulso, la historia dirá si por desconocimiento de los intentos de hacerse escuchar el VGM Juiio Aro o por cholulez o vedetismo de la presidente, el gobierno envía la primera misiva al Comité Internacional de la Cruz Roja solicitando su intermediación para poder individualizar las tumbas del cementerio militar argentino de Darwin.
A la par de los primeros avances del proyecto aparecen algunos nubarrones, se empieza a hacer oír el temor y la desconfianza de los familiares de los caídos enterrados en las islas hacia el gobierno de turno, ya que varios de sus funcionarios deseaban transformar a los caídos que yacen en Darwin, reconocidos como héroes nacionales con nombre y apellido por la ley Nº 24.950 del Congreso Nacional, en víctimas y en NN. Además, sobrevolaba el temor de que sus tumbas fueran levantadas y sus restos traídos al continente, algo que no aceptaba la mayoría, querían que sus familiares, que cayeron combatiendo por la soberanía, reposaran en Malvinas.
Recién, con el cambio de gobierno a fines de 2015, que desde el inicio utilizó los Derechos Humanos como dictan las normas internacionales y no de forma ideologizada y mezquina, en un canje de notas entre la Argentina y el Reino Unido fechada el 29 de noviembre de 2016, entra en vigor el 6 de enero de 2017 el Plan Proyecto Humanitario o PPH, bajo la égida del Comité Internacional de la Cruz Roja.
En el país se lo denominó Plan Proyecto Humanitario Malvinas.
En junio de 2017 un equipo forense del CICR se traslada a las islas y toma 122 muestras de soldados que posteriormente serían analizadas por el Equipo Argentino de Antropología Forense. Cuando se produce el cambio de gobierno a fines de 2019 se habían podido individualizar a 115 soldados de los 122.


Pero el PPH, al momento de firmarse, se hizo sobre las tumbas sin nombre y no contempló dos tumbas múltiples del cementerio de Darwin, denominadas como D.C.1.10 y D.B.4.16.
Por eso, en un nuevo canje de notas entre la Argentina y el Reino Unido del 4 de diciembre de 2019, se logra que el 3 de septiembre de 2020, en una reunión bilateral entre los representantes diplomáticos de ambos países y la Cruz Roja, el acuerdo para la inspección de una de las tumbas múltiples, la denominada D.C.1.10, dando origen al Plan Proyecto Humanitario 2 o PPH2, firmado en Ginebra en marzo de 2021 y llevado a cabo en agosto del mismo año en las islas.
Las muestras de seis caídos obtenidas por el equipo del CICR en las islas fueron enviadas al laboratorio forense del EAAF en la provincia de Córdoba y en pocas semanas se individualizaron cuatro soldados más y se confirmaron los restos de otros dos, todos ellos pertenecientes al Escuadrón Alacrán de la Gendarmería Nacional Argentina, caídos en combate el 30 de mayo de 1982 en monte Kent.
En el mismo viaje a Malvinas, y gracias a una adenda, se investigó un sitio en Caleta Trullo, al norte de la isla Soledad, donde funcionó un hospital de campaña y hubo entierros de argentinos y británicos, y se presumía que aún podía haber cuerpos enterrados, algo que el EAAF descartó luego de realizar excavaciones.


Por eso es necesario el PPH3.
Pero este no sólo debe abarcar la segunda tumba múltiple del cementerio militar de Darwin, la denominada D.B.4.16, donde yacerían los tripulantes del avión Learjet 35 del Escuadrón Fénix derribado en el estrecho de San Carlos, cerca de la isla de Borbón, al norte de la isla Gran Malvina, el 7 de junio de 1982, sino también debería incluir una investigación arqueológica, como la realizada en 2021 en Caleta Trullo en la isla Soledad por el EAAF, en el sitio conocido como Top Malo House, donde cayó en combate el teniente Ernesto Espinosa del Ejército Argentino el 31 de mayo de 1982, y cuyo cuerpo no ha sido individualizado en Darwin a pesar de que sus familiares entregaron muestras oportunamente para el cotejo de ADN y que las autoridades británicas afirman que desde 1983 fueron removidos todos los cuerpos de los campos de batalla y trasladados al cementerio de Darwin.
Lamentablemente la Cancillería y la secretaría de DDHH están tan ideologizadas, algo que no sucedió entre 2016 y 2019, y fue por eso que el PPH se desarrolló sin temores y puede considerarse exitoso al día de hoy, que no estaría en las prioridades o en agenda el PPH3, que llevaría certezas y paz a varios familiares de caídos en el conflicto que aún esperan, algo que se merecen con creces y que tardíamente fueron consiguiendo.
Deseo que no haya que esperar el cambio de gobierno para que se pueda cristalizar el PPH3, y nuevamente viaje un equipo del CICR a las islas para trabajar en el cementerio militar argentino de Darwin, en la isla de Borbón, donde habría dos cuerpos de la tripulación del Learjet 35, y en Top Malo House.


Lic. Hernán Favier, 10 de septiembre de 2022

miércoles, 17 de agosto de 2022

El legado de José de San Martín en Malvinas, recordando a sus granaderos en el 40º aniversario de la gesta del Atlántico Sur y en el 172º aniversario de su paso a la inmortalidad


La historia del Regimiento de Granaderos a Caballo está llena de hitos, muchos de ellos relatados en los libros de historia, y algunos apenas mencionados en libros específicos sobre los granaderos y su creador.
Y Malvinas no podía faltar en su acervo.
José de San Martín, luego de su arribo a Buenos Aires, crea el Regimiento de Granaderos a Caballo en marzo de 1812, un cuerpo de caballería que prestaría servicios en los años aciagos que siguieron a la revolución de mayo de 1810.
Más de una década de batallar en tierra propia y extraña, el cuerpo de granaderos es disuelto en el año 1826.
El nuevo milenio y la coyuntura internacional hicieron ineludibles las grandes transformaciones, entre ellas la modernización de las fuerzas armadas. Una de esas transformaciones fue la sanción de la ley del Servicio Militar Obligatorio en el año 1901.
Y es durante la segunda presidencia de Julio Argentino Roca que, un decreto firmado por el mandatario el 25 de mayo de 1903, dispone darle vida nuevamente al Regimiento de Granaderos a Caballo, que toma el nombre de su creador.
Finalmente, en el año 1906, el presidente José Figueroa Alcorta asigna al Regimiento de Granaderos a Caballo la función de escolta presidencial.
El 2 de abril de 1982 la Argentina recupera las islas Malvinas, y este glorioso regimiento no podía estar afuera de la gesta. Es así que parte del Regimiento de Granaderos a Caballo, integrado por 185 hombres entre oficiales, suboficiales y soldados de distintos escuadrones, es desplegado a Comodoro Rivadavia, tomando la agrupación el nombre de Escuadrón "Pringles" cuyo destino ulterior sería cruzar hacia las islas.
Pero de los 185 efectivos destinados al teatro de operaciones sólo diez granaderos del Escuadrón Pringles cruzaron desde Comodoro Rivadavia rumbo a Puerto Argentino en la isla Soledad.
Dos suboficiales y ocho conscriptos tuvieron el honor de cumplir el mandato del general San Martín en las islas.
Eran dos cabos y ocho soldados en dos grupos de cinco a cargo de ametralladoras MAG calibre 7,62 x 51 mm que, desde los primeros días de junio de 1982, se sumaron al dispositivo de defensa argentino.  
Pronto fueron apostados en los montes que circundan Puerto Argentino, un grupo bajo la jurisdicción del RI Mec 4 en monte Harriet y Dos Hermanas, y el otro bajo la jurisdicción del RI Mec 7 en cercanías de monte Longdon.
A partir del 11 de junio de 1982, en los combates más violentos que se fueron desencadenando, y que dejaron bien en alto el desempeño del soldado argentino, estuvieron aferrados en monte Harriet y monte Longdon.
Dos de ellos resultaron heridos en combate. 
De esta forma cumplieron con el mandato de su creador y honraban el nombre del Escuadrón, llamado Pringles en homenaje al coronel Juan Pascual Pringles, reconocido por el general San Martín en 1819 con una condecoración que rezaba: “Gloria a los vencidos de Chancay”.
Y en este año 2022, en el que se cumple el 40º aniversario de la Gesta de Malvinas, aquellos diez granaderos que participaron de la defensa de Puerto Argentino, volvieron a los cuarteles de Palermo para ser condecorados, como lo fueron 10 años atrás.
El reconocimiento recibido representa la más alta condecoración que otorga el Arma de Caballería del Ejército Argentino: la Orden Ecuestre Militar Caballeros Granaderos de los Andes, en Grado de Oficial.
Aquellos diez granaderos fueron:
 
Escuadrón San Lorenzo
Cabo 1º Juan Carlos Campoy
Granadero clase 1963 Carlos Argentino Acuña (herido)
Granadero clase 1963 Aldo Gabriel Apecechea
Granadero clase 1963 Ernesto Raúl Ponce
Granadero clase 1963 Jorge Eduardo Vega Luján (herido)
 
Escuadrón Junín
Cabo 1º Jorge Alberto Rivero
Granadero clase 1961 Domingo Ángel Novaro
Granadero clase 1962 Miguel Ángel Piaggio
Granadero clase 1963 Miguel Ángel Plaza
Granadero clase 1963 Roque Daniel Flores 

lunes, 27 de junio de 2022

Presentación del libro Efemérides #Malvinas 74 días en 280 caracteres en el Centro Naval de la Ciudad de Buenos Aires

 

Actualización:

Hoy, 1º de julio, apenas 24 horas después de la presentación del libro, puedo decir que fue un momento emocionante del principio al fin. Infinitamente agradecido al Centro Naval y a su presidente, el Contraalmirante (R) Andrés Di Vicenzo y al Instituto de Publicaciones Navales y a su gerente, el Capitán de corbeta (R) VGM Eduardo Gauna.


Lic. Hernán Favier, 01 de julio de 2022

miércoles, 15 de junio de 2022

El 15 de junio de 1982 flameaba aún la bandera argentina en Bahía Fox, Gran Malvina, emplazamiento donde la “artillería fantasma” confundió al enemigo desde el inicio del conflicto


Luego de la recuperación de Malvinas el 2 de abril de 1982 comienza el despliegue de unidades en las islas, el 5 de abril arribaba a Gran Malvina, al asentamiento de Bahía Fox, la Compañía de Ingenieros 9 del Ejército Argentino en el buque de transporte ARA Isla de los Estados. Días más tarde arribarían del mismo modo elementos del Regimiento de Infantería 8. Más al norte se encontraba el Regimiento de Infantería 5 establecido en Puerto Mitre, renombrado Puerto Yapeyú. Todos estos elementos pertenecían a la Agrupación Ejército Gran Malvina, al mando del General Parada.
Ya desde el 9 de abril la unidad al mando del mayor Oscar Minorini Lima se aboca al control y registro de la población, requisado de armas y equipos de comunicación, y establecimiento de posiciones. Se permite a los pobladores de Bahía Fox Este trasladarse a una estancia del interior de Gran Malvina.
Con el dispositivo conformado empieza a aparecer casi todas las mañanas un avión de exploración británico con el fin de fotografiar las posiciones argentinas. Para confundir al enemigo, al jefe de la Ca Ing 9 se le ocurre utilizar caños de cloacas de PVC negros que se hallaban estibados en un galpón para simular cañones o piezas de artillería, elementos que no contaba la unidad. De este modo se comenzaron a armar posiciones de defensa con piezas de artillería simuladas, que al poco tiempo empiezan a recibir bombardeos británicos, sin provocar bajas porque la tropa se encontraba alejada de estos “artilugios” de ocasión.
Cada mañana, luego de los bombardeos nocturnos, automáticamente se volvían a emplazar nuevas “piezas de artillería” de PVC, y para darle más realismo al escenario logrado se acercaban tambores con combustible y redes de enmascaramiento, una puesta en escena digna de una película de Hollywood.
A pesar de los bombardeos, tanto aéreos como navales, que fueron intensos mientras avanzaba el conflicto, la unidad no tuvo bajas que lamentar, apenas dos heridos, uno de ellos con el famoso pie de trinchera, patología típica del terreno insular que afectó a ambos bandos.


Así se llega al 14 de junio, cuando a última hora el mayor Minorini Lima recibe un llamado desde Puerto Argentino, donde le informan del cese de las hostilidades y de que una fragata británica se dirigiría a Bahía Fox para coordinar el regreso de la unidad al continente.
Un militar británico embarcado, que participó de las operaciones en Gran Malvina, no entiende como no hay heridos para pedir la colaboración de sanidad al buque que haría el traslado a pesar de haber sido bombardeados diariamente, incluso tenían certificado por intérpretes de imágenes la destrucción de “piezas de artillería”. La respuesta no tarda en llegar de parte del mayor Minoriri Lima, no eran cañones, eran caños de agua.
El asombro que provocó este engaño aplacó momentáneamente la tristeza del fin de las hostilidades.

miércoles, 25 de mayo de 2022

El 25 de mayo de 1982, el binomio Super Étendard-Exocet volvía a dar un golpe demoledor a la flota británica con el ataque al buque Atlantic Conveyor al nordeste de Malvinas


Después del éxito del ataque del 4 de mayo de 1982, en el que dos Super Étendard lanzaron sendos Exocet al destructor HMS Sheffield, hiriéndolo de muerte y provocando su hundimiento seis días después, la aviación naval dejaba de contar con un medio clave para la detección de la flota enemiga, los Neptune, aviones exploradores de largo alcance.
Para suplir esta deficiencia, se utilizaron para localizar la probable ubicación de los portaaviones británicos los radares del Ejército y la Fuerza Aérea emplazados en Puerto Argentino que, aunque no llegaban a detectar a los portaaviones enemigos, podían identificar el derrotero de los Harrier y Sea Harrier, lo que permitía calcular la posición de los buques más importantes de la Task Force británica.
Con esta información en la Base Aeronaval Río Grande, donde estaban apostados los cuatro Super Étendard, se decidió un nuevo ataque.
Mientras tanto el buque portacontenedores Atlantic Conveyor, que había sido requisado por el Reino Unido a la empresa Cunard, había zarpado desde el Reino Unido y previa escala en la isla Ascensión, el 20 de mayo ya se encontraba al nordeste de Malvinas.
El buque transportaba, entre toneladas de pertrechos y material para el esfuerzo de guerra, seis helicópteros Westland Wessex del 848 Naval Air Squadron y cinco helicópteros Chinook CH-47C del 18 Squadron de la RAF.
En la escala en la isla Ascensión cargan ocho Sea Harrier del 809 Squadron y seis Harrier GR.3 de la RAF.
Uno de los Chinook del 18 Squadron de la RAF abandona el Atlantic Conveyor para cumplir operaciones en la isla Ascensión.
Cuando llegaron al área de Malvinas los Harrier GR.3 se dirigieron al HMS Hermes mientras que los Sea Harrier se repartieron entre el Hermes y el Invincible.
Con estos nuevos aparatos, un helicóptero Lynx abandona el Hermes y se estaciona en la cubierta del Atlantic Conveyor el 20 de mayo de 1982.


El 25 de mayo se aproximaba.
En la mañana de la fecha patria, luego de la formación, se tenía una nueva posición aproximada de la flota británica y comienza el alistamiento, acordado el encuentro con el Hercules KC-130H de la FAA para las 11 de la mañana.
Decolaron los dos Super Étendard de la Segunda Escuadrilla Aeronaval de Caza y Ataque, piloteados por el Capitán de Corbeta Roberto Curilovic (3-A-203) y el Teniente de Navío Julio Barraza (3-A-204), y luego de reabastecer se dirigen al nordeste de Malvinas. A menos de 60 millas náuticas del blanco, el líder Curilovic le indica al numeral Barraza que ganaran altura para emitir con el radar, confirmando a través de los barridos la presencia de tres ecos. Un nuevo descenso y aproximándose a las 40 mn emiten por última vez, y segundos más tarde lanzan sus misiles AM-39 Exocet hacia el blanco, sin saber aún que se trataba del buque portacontenedores Atlantic Conveyor.
El buque se encontraba en 50º 38´ S, 56º 08´ W, a menos de 90 millas náuticas al nordeste de Puerto Argentino, y fue impactado por los dos misiles, provocando un incendio voraz que dejaron al navío al garete, y terminará hundiéndose tres días más tarde.
Los aviones volvieron sin novedad a su base de Río Grande.



El epílogo del exitoso ataque se basa en la monumental pérdida de equipamiento británico a bordo del Atlantic Conveyor. Además de vehículos de combate, repuestos, armamento, pertrechos varios que incluían material para construir una pista de aterrizaje móvil, se perdieron seis helicópteros Westland Wessex, tres helicópteros CH-47 Chinook, y el Westland Lynx del portaaviones Hermes quedó destruido por el fuego.
Sólo se salvaron un Chinook y un Westland Wessex.
La patria recordaba a sus patriotas del 25 de mayo de 1810 y sumaba otros el 25 de mayo de 1982.

Lic. Hernán Favier, 20 de mayo de 2022

martes, 26 de abril de 2022

A 40 años del conflicto de Malvinas aún hoy quedan deudas por saldar, como la postergada visita a Georgias del Sur, donde está sepultado Félix Artuso, tripulante del submarino ARA Santa Fe


Hace exactamente 40 años, el 26 de abril de 1982, siendo prisionero de guerra, en un incidente provocado por un soldado británico a bordo del submarino S-21 ARA Santa Fe, fallece a consecuencia de los disparos recibidos el suboficial 1º maquinista Félix Artuso de la Armada Argentina.
Desde entonces, luego de un entierro con honores militares, permanece en el cementerio de Grytviken en la isla San Pedro, en las Georgias del Sur.
Hasta el día de hoy, es una de las cuentas pendientes que tiene el Estado argentino con veteranos y familiares de caídos en la guerra de Malvinas.
Es imperativo, aprovechando el 40º aniversario de la Gesta, organizar una visita de los familiares del suboficial principal (PM) Félix Artuso a su austera tumba en el cementerio local de Grytviken en las Georgias del Sur.
 
Propongo que la Cancillería argentina acerque esta idea al Comité Internacional de la Cruz Roja, para contar con su auspicio y evitar la negativa del Reino Unido, bajo el paraguas de los exitosos Plan Proyecto Humanitario 1 y 2, y utilizar el BIP Victor Angelescu, buque de investigación del INIDEP, que ya navegó en aguas de Malvinas en septiembre de 2019, para que traslade a los familiares del tripulante del ARA Santa Fe rumbo a las Georgias del Sur para visitar el cementerio local, poder dejar una ofrenda floral y rezar por el descanso eterno de su familiar.

jueves, 31 de marzo de 2022

40º aniversario de la gesta de Malvinas. Lanzamiento del libro Efemérides #Malvinas. 74 días en 280 caracteres. Efemérides del Conflicto del Atlántico Sur en tiempos de redes sociales


La recuperación de las islas Malvinas en aquel lejano otoño de 1982 me encontró cursando segundo año del secundario, y en la época convivían dos sentimientos o sensaciones, entusiasmo y apatía, sin vislumbrar en esos primeros días de abril la guerra que se avecinaba inexorablemente.
Hace cuarenta años el acceso a la información era muy reducido, internet no existía, y uno hacía un gran esfuerzo por mantenerse informado. Con la guerra terminada comencé a archivar recortes de diarios y revistas relativos al conflicto, luego a comprar libros y ya entrado el siglo XXI comencé a editar un blog que actualmente tiene más de 220 entradas que recopila hechos, testimonios de los protagonistas, noticias y trabajos históricos; este derrotero de décadas culmina con la salida de mi libro de efemérides.
Evidentemente, cuando uno hace una selección, quedan algunos “heridos”, disconformes por tal o cual hecho elegido en desmedro de otro, para ellos mis disculpas, traté de ser lo más objetivo y ecuánime posible.
Aunque se ha escrito mucho y variado sobre Malvinas, aún hoy hay hechos que siguen siendo desconocidos para muchas personas, y es en parte por esto que el formato elegido para la presentación de las efemérides busca que el libro sea didáctico, de lectura amena y sencilla, describiendo las acciones que se sucedieron durante los 74 días del conflicto...

...Por último, este libro está dedicado a los señores Veteranos de la Guerra de Malvinas, a los caídos en la defensa de nuestra soberanía que yacen en Darwin, en Grytviken, en el Atlántico Sur y en el continente, y finalmente a los familiares de los 649 héroes de la Patria.

Lic. Hernán Favier. San Isidro, 31 de marzo de 2022

sábado, 5 de febrero de 2022

El Reino Unido desplegó 31 armas nucleares durante la guerra de Malvinas en el otoño de 1982


En 1982, los buques de guerra británicos estaban armados con decenas de armas nucleares en una zona desnuclearizada como lo es América Latina.
 
La revelación es parte de un nuevo dossier comunicado a los Archivos Nacionales británicos. Rotulado como “Top Secret Atomic”, confirma que la presencia de las armas nucleares provocó pánico entre los funcionarios de Londres cuando evaluaron los daños, tanto físicos como políticos, que podrían haber causado.
Argentina reivindica la soberanía de las islas Malvinas y las reconquista el 2 de abril de 1982. El Reino Unido envía una fuerza naval al Atlántico Sur para retomar el control de las islas.
Una minuta del ministerio de Defensa británico, fechada el 6 de abril de 1982, menciona una “enorme inquietud en cuanto a la posibilidad de que algunas de las armas nucleares se pierdan o dañen y que tome estado público”. La minuta concluye con “las repercusiones internacionales de semejante incidente podrían ser muy dañinas”.
Las bombas nucleares llamadas de profundidad son desplegadas en buques de la marina para atacar a submarinos sumergidos.
El funcionario no identificado que redactó la minuta continúa: “El secretario de Estado John Nott desearía continuar con la práctica establecida, de larga data, consistente en negarse a comentar la presencia o ausencia de armas nucleares británicas en un determinado lugar y en un determinado momento”.
 
La existencia de estas armas provocó una encendida polémica entre el ministerio de Defensa y el ministerio de Relaciones Exteriores. Este último exigió al ministerio de Defensa de “desarmar las armas”. La marina británica se negó a hacerlo.
El ministerio de Defensa señaló los principales argumentos en favor de mantener las armas a bordo. Declaró: “En la eventualidad de tensiones u hostilidades entre nosotros y la Unión Soviética al mismo tiempo en que se desarrolla la operación Corporate (nombre en código dado a la operación británica sobre Malvinas), la capacidad militar de nuestros buques de guerra quedaría severamente reducida”.
Un documento del dossier indica que no había riesgos “de una explosión del tipo bomba atómica”. Pero si había una amenaza “de eliminación de materiales fisibles” si una de las armas resultaba dañada, lo que podría entrañar hasta 50 “decesos suplementarios” por cáncer.
Incluso si tampoco había polución en el caso de un arma nuclear dañada o hundida, los argentinos podrían apoderarse de la tecnología nuclear y “podríamos vernos enfrentados a un grave aprieto en la cuestión de la no-proliferación”, declaró un funcionario del ministerio de Defensa.
 
Un plan tendiente a descargar las armas en la base británica de la isla Ascensión, en el océano Atlántico Sur, fue rechazada por la Royal Navy. La marina británica declaró que eso retrasaría el derrotero de la fuerza operacional hacia las islas Malvinas y que la operación no se podría mantener en secreto.
En lugar de eso, las armas fueron transferidas desde las fragatas y los destructores hacia los más grandes buques de la flota, los portaaviones, HMS Hermes y HMS Invincible, donde ellas podrían estar mejor protegidas.
A mediados de mayo de 1982, el Hermes tenía 18 armas nucleares a bordo y el Invincible 12, mientras que el buque de la flota auxiliar Regent tenía una, según se desprende del dossier. Los buques se encontraban en la “zona de exclusión total” impuesta por el Reino Unido alrededor de las islas Malvinas, indican los documentos.
El archivo no precisa si se trataba de munición de vigilancia o “inertes”, utilizadas para controlar “el desgaste de las armas”.
Las municiones de vigilancia y de entrenamiento eran utilizadas para testear las cargas submarinas y ver como se comportaban. Eran idénticas a las armas reales, salvo que el material fisible era reemplazado por uranio empobrecido y sustancias inertes.
Pero incluso la presencia de municiones inertes alarmó al Foreign Office. Su funcionario de mayor jerarquía, Sir Antony Ackland, le escribe a Sir Frank Cooper, su homólogo en el ministerio de Defensa: “Yo estaría muy feliz de tener vuestra confirmación de que el HMS Sheffield no transportaba municiones inertes cuando fue impactado por misiles”.
El destructor se hundió el 10 de mayo de 1982 luego de ser atacado por misiles argentinos Exocet seis días antes.
 
El Foreign Office estaba preocupado también por la presencia de armas nucleares debido al Tratado de Tlatelolco de 1967. Ese tratado establecía una zona desnuclearizada en América Latina y en las aguas circundantes, que incluían a las Malvinas. Pero si bien el Reino Unido había firmado y ratificado los protocolos del tratado, otros países, entre ellos Argentina, no lo habían hecho.
El ministerio de Defensa había admitido en el año 2003 que los buques británicos de la Task Force transportaban armas nucleares [conocidas como WE177 o Bomb Aircraft HE 600lb MC] y que un contenedor de armas había resultado dañado. Pero la cantidad de armas nucleares no había sido revelada hasta que se produjo la transferencia de este documento a los Archivos Nacionales de Kew, en el sudoeste de Londres. 
Pero ciertos documentos del dossier fueron desclasificados por el ministerio de Defensa o el Cabinet Office. Y contenían una nota intrigante, fechada el 11 de abril de 1982, que comenzaba diciendo “Los jefes del Estado Mayor creen…”. Lo que ellos crean, no estamos autorizados a saberlo.
 
[En un archivo británico desclasificado en 2012 se puede leer, creerlo o no va más allá de cada uno, que las armas nucleares, incluidas las variantes inertes y de vigilancia, volvieron al Reino Unido entre el 29 de junio y el 20 de julio de 1982 en los buques Fort Austin y Resource. Las armas que estaban a bordo de la fragata Brilliant fueron removidas el 16 de abril y en la fragata Broadsword el 20 de abril, mientras que las armas inertes y de vigilancia fueron removidas del destructor Sheffield el 16 de abril y del destructor Coventry el 17 de mayo de 1982.
En 2019 otro archivo relativo a la operación Corporate y a las armas nucleares en Malvinas es desclasificado y se encuentra en el National Archives, pero aún no está digitalizado y no se puede descargar.]


Faltan varios documentos de un dossier separado, ahora desclasificado, titulado “Gibraltar: impacto de la crisis de Malvinas”.
Los gibraltareños, como los habitantes de las islas Malvinas, habitan un "territorio de ultramar" británico y están inquietos porque España apoya las reivindicaciones de soberanía argentina sobre las islas, tanto como ella reivindica Gibraltar, el gran peñón y la base británica en el extremo sur de la península ibérica.
Los “desclasificadores” de Whitehall retuvieron no menos de 73 documentos del dossier Gibraltar. Lo han hecho en virtud de las excepciones previstas por la ley sobre libertad de información y, más precisamente, amparándose en las secciones 27(i), 40 y 41.
Estas excepciones cubren las informaciones cuya divulgación podría “acarrear perjuicios” a los intereses del Reino Unido en el exterior, los “datos personales” y las “informaciones obtenidas a título confidencial”. Pasajes de otros documentos del dossier también fueron suprimidos.
¿Qué intenta esconder el gobierno británico?’ Los documentos desclasificados precedentemente pueden ofrecer algunos indicios. Thatcher manifestó varias veces su inquietud en cuanto a las implicaciones de la crisis de Malvinas para Gibraltar.

A pesar de la retórica pública, los sucesivos gobiernos británicos estaban dispuestos a negociar la soberanía de Malvinas y buscaron concluir un acuerdo de soberanía conjunta con España por Gibraltar en 2000, y luego en 2002.
El gobierno de Thatcher secretamente propuso ceder la soberanía de las islas Malvinas dos años antes de la reconquista de las islas por las fuerzas argentinas en 1982. El comité de Defensa del gabinete había aprobado un plan según el cual el Reino Unido devolvería a la Argentina la soberanía nominal sobre las islas, que serían a continuación arrendadas por el Reino Unido durante 99 años.
Lord Carrington renuncia a su puesto de canciller luego de la recuperación argentina de Malvinas. Declaró a la comisión Franks, que investigó sobre los preparativos de la operación militar argentina del 2 de abril de 1982, que la política británica había consistido en desentenderse y esperar lo mejor. “No teníamos ninguna carta en nuestras manos” declaró.

Fuente: Consortium News. 05 de febrero de 2022
Traducción y [entre corchetes]: Lic. Hernán Favier

sábado, 22 de enero de 2022

1771 - 22 de enero - 2022 Se cumple el 251º aniversario de la Declaración de Masserano, en la cual la soberanía argentina de Malvinas queda implícitamente aceptada por el Reino Unido


Como consecuencia de la expulsión de los británicos de Port Egmont, Puerto de la Cruzada en la toponimia francesa y española, enclave ubicado en la isla Trinidad al norte de Gran Malvina, y de la subsecuente protesta británica, se llevaron a cabo ríspidas diligencias diplomáticas entre España y el Reino Unido a fines de 1770 y comienzos de 1771.
El intenso intercambio de acusaciones terminó dando un acuerdo que consistía en el retiro de los británicos de Malvinas con restitución de sus medios, comprobable en mucha documentación oficial española, en particular en lo que se conoce como la Declaración de Masserano, quien fuera embajador español en Londres y uno de los dos firmantes del documento junto al conde de Rochford, por entonces secretario de Estado del gobierno británico.

Declaración española

Habiéndose quejado su majestad británica de la violencia cometida el 10 de junio de 1770 en la isla llamada comúnmente la Gran Malvina y por los ingleses Isla de F#lkland, obligando a la fuerza al comandante y súbditos de su majestad británica a evacuar el que ellos denominan Puerto Egmont, paso ofensivo al honor de su corona; el príncipe de Masserano, embajador extraordinario de su majestad católica tiene orden de declarar y declara, que su majestad católica, en consideración al amor que tiene a la paz y a que continúe la buena armonía con su majestad británica, y reflexionando que aquel suceso pudiera interrumpirla, ha visto con desagrado dicha empresa capaz a turbarla; y en la persuasión en que su majestad se halla de la reciprocidad de sentimientos de su majestad británica y de cuán lejos se halla de autorizar cosa alguna que pudiese turbar la buena inteligencia ente ambas cortes, su majestad católica reprueba la sobredicha violenta empresa: y por lo tanto, el príncipe de Masserano declara, que su dicha majestad católica se obliga a dar orden inmediatamente que se repongan las cosas en la Gran Malvina y Puerto Egmont en el mismo estado que se hallaban antes del 10 de junio de 1770; a cuyo efecto su majestad católica comisionará a uno de sus oficiales para entregar al oficial autorizado por su majestad británica el puerto y fuerte llamado de Egmont, con toda la artillería, municiones de guerra y efectos de su Majestad británica y de sus súbditos, que se hallaban allí el mencionado día, conforme el inventario que se formó.
El príncipe de Masserano declara al mismo tiempo, en nombre del rey su amo, que la promesa que hace su dicha majestad católica de restituir a su majestad británica la posesión del fuerte y puerto llamado de Egmont no perjudica de modo alguno a la cuestión del derecho anterior de soberanía de las Islas Malvinas, por otro nombre de F#lkland. En fe de lo cual, yo el infrascrito embajador extraordinario he firmado la presente declaración en la forma que acostumbro, y la he hecho poner el sello de mis armas.

Londres, 22 de enero de 1771

 
Aceptación británica de la declaración española

Habiendo autorizado su majestad católica al excelentísimo señor príncipe de Masserano, su embajador extraordinario para que ofreciese en nombre de su majestad al rey de la Gran Bretaña una satisfacción por la injuria hecha a su majestad británica, desposeyéndole del fuerte y puerto Egmont; y habiendo firmado hoy dicho embajador una declaración que acaba de entregarme y en que expresa, que deseoso su majestad católica de restablecer la buena armonía y amistad que subsistía antes entre las dos coronas reprueba la expedición contra Puerto Egmont, en la cual se empleó la fuerza contra las posesiones, comandante y súbditos británicos, y promete también reponer inmediatamente todas las cosas en el mismo estado en que estaban antes del 10 de junio de 1770; y que su majestad católica dará comisión a uno de sus oficiales para entregar al oficial comisionado por su majestad británica el puerto y fuerte de Puerto Egmont; como igualmente toda la artillería municiones y efectos de su majestad británica y de sus súbditos, según el inventario que se formó, y habiéndose también obligado dicho embajador en nombre de su majestad católica a que se realizará el contenido de dicha declaración, entregándose en el término de seis semanas a uno de los primeros secretarios de estado de su majestad británica el duplicado de las órdenes que pase su majestad británica a fin de manifestar las mismas disposiciones amistosas, me ha autorizado a declarar que mirará la citada declaración del príncipe de Masserano y el entero cumplimiento de la promesa de su majestad católica como una reparación de la injuria hecha a la corona de la Gran Bretaña
En fe de lo cual, yo el infrascrito, uno de los principales secretarios de estado de su majestad británica, he firmado la presente en la forma que acostumbro, y la hice poner el sello de mis armas.

Londres, 22 de enero de 1771

Real Orden del Ministerio de Marina e Indias

Habiéndose estipulado entre el rey y su majestad británica por un convenio firmado en Londres el 22 de enero próximo pasado por el príncipe de Masserano y el conde de Rochford que la Gran Malvina, llamada por los ingleses isla de F#lkland debe ser restituida inmediatamente en el mismo estado que tenía antes que fuese evacuada por ellos en 10 de junio del año último: de orden del rey prevengo a V. que tan luego como la persona comisionada por la corte de Londres se presente a V. con esta, disponga se efectúe la entrega del Puerto de la Cruzada o Egmont y su fuerte y dependencias; así como también la de toda la artillería, municiones y efectos que se encontraren pertenecientes a su majestad británica y a sus súbditos, conforme a los inventarios formados por los señores Jorge Farner y Guillermo Mallby en 11 de julio de dicho año al tiempo de dejar aquel punto, y de los cuales remito a V. las adjuntas copias, autorizadas con mi firma; y que tan luego como se efectúe uno y otro con las debidas formalidades , disponga V. se retire inmediatamente el oficial y demás súbditos del rey que allí pueda haber. Dios guarde á V. muchos años.

El Pardo, 7 de febrero de 1771
Fray don Julian de Arriaga a don Felipe Ruiz Puente