Un año con una
característica de excepción, se cumple el 40º aniversario de la gesta de Malvinas,
de aquel 2 de abril de 1982, donde una fuerza de desembarco recuperaba el
territorio insular argentino usurpado por los británicos desde 1833.
Pasaron cuarenta años y el recuerdo de Malvinas y de sus hombres sigue inalterable, pleno de memorias, de enseñanzas, de dolor, de orgullo, de frustraciones.
Pasaron cuarenta años y no hay lugar en todo el territorio nacional que escape al recuerdo de la gesta; monumentos, carteles ruteros, calles y avenidas, murales, testigos de que Malvinas es un sentimiento compartido por muchos y una causa nacional que trasciende ideologías.
Pasaron cuarenta años y no hay lugar para el olvido de aquellos que enfrentaron al invasor en la turba de Malvinas y regaron con su sangre esas islas, custodios eternos de la soberanía. Ellos son nuestros centinelas en Darwin, en Grytviken, en el Atlántico Sur y en el continente.
Pasaron cuarenta años e increíblemente hay aún deudas pendientes con los que regresaron, con nuestros queridos Veteranos de Guerra de Malvinas, muchos de ellos cayeron en la posguerra porque el Estado no supo o no quiso cobijarlos, y decidieron silenciar los demonios de la guerra quitándose la vida. La deuda también abarca a los familiares de los caídos, saldada parcialmente a lo largo de los años, no sin desplantes u olvidos innecesarios.
Deseo fervientemente para este 40º aniversario que se acerca que el único norte sea recordar y homenajear a los caídos y a los VGMs, la política partidaria no tiene nada que hacer en una fecha tan preciada para la mayoría de los argentinos.
Pasaron cuarenta años y el recuerdo de Malvinas y de sus hombres sigue inalterable, pleno de memorias, de enseñanzas, de dolor, de orgullo, de frustraciones.
Pasaron cuarenta años y no hay lugar en todo el territorio nacional que escape al recuerdo de la gesta; monumentos, carteles ruteros, calles y avenidas, murales, testigos de que Malvinas es un sentimiento compartido por muchos y una causa nacional que trasciende ideologías.
Pasaron cuarenta años y no hay lugar para el olvido de aquellos que enfrentaron al invasor en la turba de Malvinas y regaron con su sangre esas islas, custodios eternos de la soberanía. Ellos son nuestros centinelas en Darwin, en Grytviken, en el Atlántico Sur y en el continente.
Pasaron cuarenta años e increíblemente hay aún deudas pendientes con los que regresaron, con nuestros queridos Veteranos de Guerra de Malvinas, muchos de ellos cayeron en la posguerra porque el Estado no supo o no quiso cobijarlos, y decidieron silenciar los demonios de la guerra quitándose la vida. La deuda también abarca a los familiares de los caídos, saldada parcialmente a lo largo de los años, no sin desplantes u olvidos innecesarios.
Deseo fervientemente para este 40º aniversario que se acerca que el único norte sea recordar y homenajear a los caídos y a los VGMs, la política partidaria no tiene nada que hacer en una fecha tan preciada para la mayoría de los argentinos.
Lic. Hernán Favier. Montpellier, 31 de diciembre de 2021