Nacimiento
de la Fuerza Aérea Sur
A fines del año 1981, el
Comando Aéreo Estratégico (CAE) había finalizado la actualización del
planeamiento de la FAA para el marco regional. El mencionado planeamiento no
contemplaba el caso Malvinas, pues la FAA desconocía (diciembre 1981)
totalmente la existencia de una alternativa militar para este conflicto.
Con el propósito de
motorizar el planeamiento contribuyente, el CAE elaboró entonces una Directiva
que establecía la constitución de los comandos de FAA y Bases Aéreas Militares
creados para la defensa aérea del país.
En lo que se refiere a la
Fuerza Aérea Sur (FAS) designó comandante de dicha fuerza al Brigadier Horacio
Ernesto Crespo, jefe del Estado Mayor de la FAS al Brigadier Luis Guillermo
Castellano y jefe del Departamento Operaciones A-3 al Comodoro José Antonio
Juliá.
El Brigadier Crespo
después de analizar la aptitud del personal asignado para los distintos cargos
del EM y de las Bases Aéreas Militares de la FAS, elevó un expediente al CAE en
febrero de 1982 con la propuesta de reemplazos tanto en el Estado Mayor de la
FAS como en las jefaturas y planas mayores de algunas de sus bases aéreas. El
expediente fue aprobado verbalmente por el CAE. A fines de marzo de 1982 aún no
había sido oficializado.
El 26 de marzo 1982 el
Jefe del Estado Mayor General de la FAA informó a sus mandos superiores de las
intenciones del gobierno nacional de recuperar las islas Malvinas.
El 31 de marzo de 1982 se
informó al Comandante de la FAS lo que había decidido el Comité Militar y se le
ordenó trasladarse a Comodoro Rivadavia para desde allí organizar y conducir la
FAS.
El 2 de abril de 1982 el
Estado mayor de la FAS en Comodoro Rivadavia estaba constituido por cinco
oficiales: el Comandante, el Oficial de Operaciones del Estado Mayor, el
Oficial de la Sección Operativa de Transporte Aéreo, el A-4 y un auxiliar.
Carecían de planes, facilidades de comunicaciones y conocimiento profundo de la
situación. Ante este hecho comenzaron a hacerse los primeros requerimientos de
medios empezando por el personal, que fue solicitado en base al conocimiento
que los oficiales superiores presentes tenían del resto de la fuerza.
Simultáneamente con la
creación de la FAS, se implementó el Comando aéreo de Transporte (CAT) y el
Comando Aéreo de Defensa (CAD). Además, el Brigadier Castellano, designado jefe
de Estado Mayor de la FAS, debió ser reemplazado, porque el Comando Aéreo
Estratégico lo designó jefe del Componente Aéreo Malvinas. Por esta causa el
Brigadier Crespo decidió que su Jefe del Departamento Operaciones asumiera
también las funciones de Jefe de Estado Mayor de la FAS.
Por los conceptos
expuestos, se fue conformando el Estado Mayor de la FAS complementado con los
oficiales superiores y jefes del Comando Aéreo de Defensa que arribaron para
organizar el CODASUR y que se integraron a la FAS para constituir un solo
comando, porque así lo exigía la situación y el sentido común.
El Brigadier Camblor, jefe
del Comando de Defensa Aérea Sur, analizada la situación de personal,
rápidamente autorizó la integración, asumiendo él mismo las funciones de 2do
Comandante de la FAS y jefe del CODASUR.
La FAS debía organizar en
un plazo perentorio su fuerza para combatir con un enemigo notablemente
superior en tecnología y medios, y en un teatro de operaciones que resultaba
extraño a las unidades de la FAA, cuyos medios no se hallaban dotados y
adiestrados para la lucha en el mar, la cual doctrinariamente era una
responsabilidad primaria de la Armada, como resulta lógico. Solicitó, y le fue
concedida, primacía total en la selección de los medios -personal y material-
para conformar la FAS.
La FAS en menos de treinta
días debía reconocer las capacidades del enemigo; adiestrar a los pilotos en
las técnicas particulares de ataque a buques; realizar pruebas operativas;
adaptar los sistemas de armas a la tarea que se avecinaba; reconocer las
limitaciones propias -que no eran pocas- y buscarles solución; estudiar las
posibilidades operativas de sus aviones de ataque, que apenas podían llegar a
las islas por la distancia que las separaba del continente; familiarizar a los
pilotos con los problemas de la operación sobre el mar y reconocer el
archipiélago en vuelos de práctica.
En el Estado Mayor de la
FAS, ya se había descartado la posibilidad de disputar la superioridad aérea a
baja altura, sobre las islas, enfrentando a los aviones Harrier con los Mirage.
El problema era simple: si los Mirage descendían, consumirían mayor cantidad de
combustible y ya no podrían regresar. Los pilotos dispondrían de unos diez
minutos de permanencia sobre las islas, si mantenían su altitud. En
consecuencia, habría combate sólo si los Harrier ascendían, siempre que el
enfrentamiento se iniciara a los pocos minutos del arribo de los Mirage, sobre
las islas. Por lo tanto, la defensa de las unidades propias en Malvinas,
estaría limitada a lo que podría oponer la artillería antiaérea, sin conocer
todavía su eficacia, porque no se contaba con verdadera experiencia.
Asimismo, las escuadrillas
propias que arribaran a la zona de Malvinas, en misiones de ataque a los
objetivos navales o terrestres, no contarían con protección aérea real. La
principal ayuda disponible, sería la advertencia de los controladores de radar,
sobre la aproximación de interceptores Harrier. Se enviarían aviones de
cobertura, pero éstos poco podrían hacer, en verdad, por su escaso radio de
acción; salvo la diversión, que podrían ejercer al ser dirigidos hacia los
Harrier, manteniendo su altitud. Un recurso que dio resultado en muchas
ocasiones.
La Fuerza Aérea Sur en el continente
En las bases de
despliegue, no se descartaba una posible incursión aérea o la más probable de
comandos, contra instalaciones y material de vuelo. Por lo tanto, se reforzaron
las medidas preventivas, y parte de los aviones se dispersaban durante las
horas nocturnas.
Desplegó sus unidades a
las bases costeras de la Patagonia, de la siguiente forma:
El escuadrón de
bombarderos Canberra a Trelew.
Los escuadrones de
transporte Hercules C-130, caza interceptora, búsqueda y salvamento, y de
diversión, en Comodoro Rivadavia.
Dos escuadrones de ataque
con aviones A-4C Skyhawk y M-5 Dagger en San Julián.
Un escuadrón de ataque de
aviones IA-58 Pucará en Santa Cruz, en tareas costeras y de reemplazo a la
unidad similar desplegada en las Islas Malvinas.
Dos escuadrones de aviones
A-4B Skyhawk en Río Gallegos.
Un escuadrón de aviones
M-5 Dagger en Río Grande.
La FAS desplegó así unos
setenta y tres aviones de ataque basados en las mencionadas bases y aeródromos
patagónicos.
Ocho aviones Pucará fueron
desplegados a la BAM Cóndor, el 29 de abril, en previsión de un probable ataque
masivo a la BAM Malvinas; se mantenían a la orden del CIC, para tareas de
reconocimiento ofensivo y ataque a objetivos terrestres, especialmente, para
repeler cualquier intento de desembarco por parte de las fuerzas de asalto de
la Task Force.
El resto de los aviones de
la FAA permanecieron en sus asientos de paz, listos para producir los
reemplazos que fuesen necesarios.
El comandante de la FAS
debió enfrentar una relación con otros comandos colaterales que se iría
tornando tanto más difícil cuanto que los límites de su teatro de operaciones
se superponía con el Teatro de Operaciones del Atlántico Sur y comprendía
además a la Guarnición Militar "Malvinas", con cuyos comandos no
tenía relación de dependencia pues de acuerdo con la orgánica establecida por
el Comité Militar al crear los comandos operacionales, el Comando Aéreo
Estratégico -y la FAS que le dependía- era un comando específico, es decir,
integrado por medios pertenecientes exclusivamente a una sola fuerza.
Al Brigadier Crespo se le
impuso una misión y los medios para cumplirla. Alertó a sus superiores acerca
de los problemas y les informó que -si había guerra- sus hombres lucharían
hasta las últimas consecuencias, sean cuales fueren los peligros a enfrentar y
las bajas que se sufrieran. El 30 de abril al ocaso, sus hombres, que provenían
prácticamente de la totalidad de las unidades de la Fuerza Aérea, se hallaban
en una tensa vigilia, listos para enfrentar su hora de prueba.
Fuente: Fuerza Aérea Argentina